La “sinceridad” o el entusiasmo por los asuntos gnósticos nos conduce a veces a extremos ridículos y fanáticos, que en vez de levantar nuestra nota para el ascenso por la escalera del ser, nos desvía del camino y nos incapacita para hacer el trabajo diario y permanente de 24 horas al día que debemos hacer por el despertar de nuestra conciencia.
El iluso mariposeador entusiasta, al ver su fracaso en la gnosis, al ver que las que prácticas que realiza no le dan resultado, decide entonces culpar a otros, despotricar contra la gnosis, contra sus maestros, contra las prácticas enseñadas y se retira fracasado a buscar refugio y consuelo a otra escuelita.
VM Rabolú – Mensaje de Navidad 87-88 – Encuentro Gnóstico Internacional Bogotá – Asamblea de Delegados Internacionales.
“Cada cosa en su lugar, fíjense ustedes, si uno se pone a hablarle de Gnosis a todos en todo momento, ¡no!, hay momentos que debe cambiar uno, porque momentos que no son oportunos para uno hablar de la Gnosis, para no cansarnos las gentes. En fin uno tiene que variar. De esa manera no cansa uno a la mente y una mente fresca y a la vez va viendo cambios y no fastidia uno a nadie.”
“Las personas, por ejemplo hombres o mujeres, que cogen a meterles la Gnosis hasta en la sopa, al tinto, desde que se levantan hasta que se anochecen; esas personas por lo regular cansan la mente.”
“El día que uno va a hacer una práctica, no da porque hay una mente cansada y una mente cansada no sirve ni para lo bueno ni para lo malo. Entonces, ¿Qué hacen estas personas?; viendo que no le dan resultado ninguna práctica, se van y dicen que la Gnosis no sirve para nada. El que no sirve para nada es uno, porque ha abusado de la mente, ha cansado la mente y una mente cansada no sirve para nada.”
“Fíjense ustedes lo importante que son los cambios en el diario vivir de uno.”
“Ustedes nunca me oyen hablar por la calle de Gnosis a todo el que pasa: “venga para acá”, sino hay sus momentos oportunos donde verdaderamente debe uno hablar. Yo hablo durante el día..., mucho, no me gusta la vida ordinaria..., sino yo varío en todo.”
“Cuando me lio a charlar como amigo con otro, me gusta tomarle e l pelo a la gente, en fin, todo, o sea yo ahí todo, ¿Por qué?, porque yo necesito tener una mente fresca.”
“Mire, en mi trabajo personal allá, por ejemplo de la correspondencia, es lo que más tiempo me quita; a mí me llegan de 80 a 100 cartas semanales, sube la secretaria por ese archivo de cartas; entonces yo no me voy a agotar en un día a sacarlas todas, porque la mente no da.”
“Sacamos hasta que ya uno empieza a sentirse uno cansado, embotado la mente, entonces digo yo: “bueno, Alba, yo tiro la toalla ya”, muchas veces ella me contesta: “yo también estoy lo mismo”. ¡Fuera! No pensemos en correspondencia hoy día más ni nada; nos vamos, ella a charlar con sus amigos o amigas; allá yo por otro lado, no vuelvo a comentar de correspondencias ni de nada. Al otro día terminamos y si es necesario emplear 3 días para sacar correspondencia lo hacemos pero no llegamos al cansancio. ¿Por qué?, porque se necesita una mente fresca, útil, apta para lo que quiera uno ocupar.”
“Una mente cansada no sirve ni para bueno ni para malo. Una persona tiene la mente cansada, va a hacer un mal, la mente no le da, mucho menos para pensar una cosa positiva, menos. Entonces no se debe llegar al cansancio.”
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