La “sinceridad” o el entusiasmo por los asuntos gnósticos nos conduce a veces a extremos ridículos y fanáticos, que en vez de levantar nuestra nota para el ascenso por la escalera del ser, nos desvía del camino y nos incapacita para hacer el trabajo diario y permanente de 24 horas al día que debemos hacer por el despertar de nuestra conciencia. El iluso mariposeador entusiasta, al ver su fracaso en la gnosis, al ver que las que prácticas que realiza no le dan resultado, decide entonces culpar a otros, despotricar contra la gnosis, contra sus maestros, contra las prácticas enseñadas y se retira fracasado a buscar refugio y consuelo a otra escuelita.
Centro de Estudios del Movimiento Gnostico Cristiano Universal en el Nuevo Orden