El Signo de Katebet, "la de los tristes recuerdos" es evidente, nuestra raza, la Raza Aria, está en plena Edad de
Hierro y los acontecimientos del pasado, de otras razas, se están repitiendo,
aunque está claro que en espiras más bajas. La aspiración a una vida más
larga, a conservar la juventud por mucho tiempo no está ausente en esta humanidad
perversa y para lograrlo hace lo que haya que hacer, aunque eso signifique
sacrificar a sus mismos semejantes.
Desde la antigua Grecia la ambrosía fue una sustancia vinculada a la vida eterna de los dioses, considerada generalmente la comida o bebida de estos y su significado es "inmortalidad", pero no tiene nada que ver con la sangre o los jugos glandulares de niños o adolecentes.
Secretamente los representantes
del Anticristo, los hombres de ciencia, preparan fórmulas que juegan con la
vida de niños y adolecentes para mantener jóvenes a millonarios que desean vivir
eternamente. Pero se hace manifiesta la existencia de empresas que sin escrúpulos, lo anuncian públicamente con fines estrictamente lucrativos.
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Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/248680-ricos-inyectar-sangre-jovenes-envejecimiento
"Más de 100 personas ya se han sometido al ambicioso ensayo clínico de Ambrosia, una 'start-up' californiana que ofrece transfusiones de sangre de adolescentes a pacientes con una edad media de 60 años.
Las transfusiones se están vendiendo por unos 8.000 dólares por inyección, y, según la compañía estadounidense, pueden ayudar a combatir el envejecimiento.
En el marco del estudio de la empresa, fundada el año pasado por el médico Jesse Karmazin, al paciente se le inyectan dos litros y medio de plasma procedente de los bancos de sangre, a poder ser una mezcla de varios donantes adolescentes.
"La cirugía plástica del interior"
Karmazin se ha mostrado satisfecho con los primeros resultados del experimento, señalando a 'The Sunday Times' que el tratamiento es "como la cirugía plástica del interior" y afirmando que los pacientes tienen mejor aspecto "después de un solo tratamiento".
Según el médico, el tratamiento podría ayudar a mejorar "cosas como el aspecto o la diabetes o el funcionamiento del corazón o la memoria", que son "aspectos del envejecimiento que tienen una causa común".
"No estoy en posición de decir que nos proporcionará la inmortalidad, pero creo que está muy cerca", apunta Karmazin."
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Fuente: Autor: V.M. Samael - Libro: Los Misterios Mayas - Capítulo: La Atlantida
"Los estudiantes ocultistas se llenan de profundo horror cuando revisan los archivos akashicos de la naturaleza y encuentran hechos como el que relatamos a continuación:
Los estudiantes recuerdan a aquella bella mujer llamada Katebet, la de los tristes recuerdos, reina de los países del sur del sumergido continente y a la poderosa ciudad de las puertas de oro.
Realmente no existe en la historia de los Borgia y Médicis perversidad semejante. Esa bella mujer cautivaba con su belleza y nigromancias, seducía con sus encantos a príncipes y reyes, fascinaba con sus embelesos. Muchos adolescentes y niños fueron inmolados en nombre de las tenebrosas entidades del mundo inferior.
La medicina sacerdotal atlante descubrió por aquella época lo que hoy podemos llamar científicamente opoterapia humana, es decir, la aplicación a los enfermos y caducos de los jugos glandulares de pituitina, tiroidina, adrenalina, etc., etc.
Los médicos sacerdotes no sólo utilizaban la química de dichas glándulas endocrinas, sino también la hiperquímica de tales glándulas, los fluidos psíquicos vitales de los chacras o centros magnéticos del cuerpo humano, íntimamente relacionados con tales centros endocrinos. Las víctimas de la inmolación, después de ser retiradas de las piedras de sacrificio, eran llevadas a ciertas cámaras secretas, donde los sacerdotes médicos extraían de los cadáveres las preciosas glándulas endocrinas, tan necesarias para conservar el cuerpo de la reina fatal, con todo su encanto y la belleza de una juventud que soportó el peso de los siglos, muchos siglos.
Lo más espantoso de aquello era que los sacerdotes, después de extraer las glándulas de los cadáveres, arrojaban éstos a las fanáticas muchedumbres envilecidas que sedientas se los devoraban. Así esos pueblos se volvieron antropófagos.
Reflexionando sobre todas estas cosas, nos espantamos, nos horrorizamos, mas todas estas barbaries se quedan pequeñas, parecen hasta ridículas, si se les compara con las atrocidades de la primera y segunda guerras mundiales, con las espantosas explosiones atómicas de Hiroshima y Nagasaki."
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